Si el mundo fuera justo todas disfrutaríamos de forma natural de una melena suave y sedosa. Una se levantaría y sin necesidad de champú hidratante, cepillos o planchas, saldría a la calle con un pelo espectacular. Desgraciadamente, la cruda realidad nos hace padecer un cabello áspero, enredado o encrespado. ¿No crees que ha llegado el
¡¡Pipipipí-pipipipí-pipipipí!! Son las 7 de la mañana y suena el despertador. Demasiado pronto, como siempre. Te arrastras medio dormida de la cama al baño y mientras bostezas con todas las fuerzas de tu alma, te miras al espejo…Ahí está tu pelo, convertido en una encrespada maraña sin forma. El horror. Peinarlo no funciona, ponerte espuma